Pequeña
osa guerrera, has sido, por mucho, más interesante que cualquier saga de Lucas Films
o la Caravana del Valor; has dejado, por mucho, más ojos tristes que novela
Mexicana. Y por las noches, aún en sueños, muchos te nombramos, María… María
Esperanza… sin encontrar más que uno que otro rastro de tu presencia lejana y
la ausencia de tu resguardo absoluto, de ya no tener tu cuidado constante, desvalidos
temblamos sin tu calor y una que otra madrugada, pensamos si no ha sido un
poquito demasiado el haber encontrado un ser tan cálido para gente tan
desdeñosa y egoísta que hoy sólo puede pensar repetidamente, qué será de ti,
qué será de mí sin ti. Qué será de otras osas menores sin ti.
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