pienso en las mujeres en reserva,

pendientes de la lluvia y las señales que ocultan los ríos, dejando que las mañanas crecientes se alejen de sus ojos.

pienso en los caminos terminados antes de tiempo, la vajilla nueva y las estúpidas ganas de un chocolate caliente que pueda leer la suerte de todos aquellos que sólo saben añorar.