Espero que sea como deslizarse, una tardecita cualquiera, así nomás, como manos entrelazadas que no van a ningún lugar, quietas, transmitiendo lo que no se dice, espero que tengas la mirada perdida, entonces caminaré alrededor tuyo y te sujetaré fuerte, en medio de una sonrisa chueca te buscaré, no será necesario que cuentes nada, no te diré nada y se sabrá todo al final de cuentas, entre la noción extraviada del tiempo se escurrirá una lágrima atascada desde hace meses, ahí sabrás todo de mi. Como mi nómada favorito, espero que desees caminar como en cualquier día, deslizarte solo una tarde, la que sea… cuéntame tus cicatrices como si conocieras las mías.
Sucederá en un simple soplo, apenas un estremecimiento sobre la piel, será el reflejo de las madrugadas atisbando por la ventana, esas que miran al día como una consecuencia de la noche pasada, ese día, el que permite ver los verdaderos reflejos de aquellos rostros limpios y sin cicatrices.