... en esos días


… y, con el cielo, las estrellas, los misteriosos astros y la concupiscencia, tornados eternos apagaron y atizaron el fuego las veces que les vino en gana.
Regresaron a la normalidad y conocieron la suerte, como el único papel en blanco que no había sido destruido, como la única oportunidad certera para caer en la trampa y delirar con los ojos abyectos de terror, conocieron la luminosidad que sólo otorga lo simple de la vida.

En esos días, cantabamos, bailábamos y asaltábamos casas en la ciudad.

5 comentarios:

Alejandro González Romero dijo...

Como siempre está la hermosura de tus letras, lo inesperado de tus temas y lo - a veces - crudo de tu ser creativo. Saludos desde siempre Dan.

BUENAS NOTICIAS dijo...

Hola, vengo a conocerte y a agradecerte tu comentario. Me ha gustado tu blog, me lo apunto para pasar de vez en cuando a visitarte.
Te mando un abrazo,
Elena

pietila dijo...

Gracias Pachuy, a veces pienso que no son tan inesperadas mis andanzas en la vida, siento que suelo caer una y otra vez, será que ya no me sorprendo más?. besos y abrazos!!

Elena: Gracias por pasear por aqui, pasa cuando quieras, un fuerte abrazo

javier dijo...

Querida daniela, me gusta tu último texto es como una revelación de las circunstancias, del goce y de la terrible tentación de ser libres a pesar de saber que mañana tendremos que detener a la emoción,... en fin no soy bueno al hacer comentarios sobre la producción artística, prefiero disfrutar de los buenos textos como son los tuyos. gracias por regalar tanta energía.
un abrazo
javier

pietila dijo...

Gracias por tus comentarios Javi!
un fuerte abrazo!