veredas torcidas de un ego


Un ombligo en constante observación, del que salen sin parar pelotillas negras y sucias fabricadas por un ego torcido,
convierte días en potencia soleados en lluvias torrenciales.
Miran su vida en un espejo roto y se quejan por el reflejo,
un trozo de cristal en el que se ve un yo desfragmentado,
y no la pupila en la que se quieren imaginar.



Dibujo: Una versión mía en ánime, ocupación graciosa y ociosa del amigo pedrus