cumplido 1 año... ciudadano de a pie


Se cumple un año de llevar adelante este blog, siempre víctima de mi estabilidad, y bueno, una de las causas primordiales para bautizarlo como "entra de a pie" es un texto que había escrito por aquellos tiempos a finales del 2006, una de las causas -justamente ahora- de una búsqueda y espera inadvertidamente divertida, que me permite probar, caminar y descubrir.
Les dejo el texto a continuación.


Quiero un pobre

Quiero un taxista para que me recoja y recojamos gente en el camino,
quiero que tenga ese muñequito que mueve la cabeza para distraerme,
que sintonice las radios y decida mi dirección.

Quiero un soldadito que haga guardia en el cuartel, que desfile el 6 de agosto en la plaza
Quiero un soldado tan soldado que conozca lo básico, y que me conozca básicamente a mi.

Quiero un adolescente que provoque las peleas, que aprenda a grafitear por toda la ciudad, así de simple lo espero, porque estoy cansada de las metáforas maduras, esas tan maduras que son mentira porque están calculadas, espero la precocidad sincera.

Quiero un señorito bien, porque vivir con el despute… esta llenando mis venas de embustes cotidianos.

Quiero un camionero, para que ponga mi nombre con stickers brillosos en el parabrisas de su camión, que toque su camionera bocina y que me presente con sus camioneros amigos.

Quiero que en las noches él no duerma y vea mi sueño, que de vez en cuando me deje guiar su camino.

Quiero un hombre vulgar y corriente para que su capacidad espontánea no le permita crear mentiras, por lo menos bien hechas.

Quiero una media aritmética a mi favor!,

Quiero un cochino, que me llene de adornos.
Que se deje dar recuerdos y los derrame recién cuando ya se ha ido, no cuando sigue a mi lado, quiero que sea cochino así no me acostumbraré a él, y no lo extrañaré cuando se ha ido.

Quiero un "normalito", porque voy a creerle, y tengo ganas de creer en la gente.

Quiero un albañil, porque existen los lunes de albañil, no las semanas de festejos ni gestas cívicas en su honor, porque ese día voy esperar y lo abrazaré hasta que duerma, porque tienen horario de oficina y porque quiero que sea el orfebre de mi casa.

Quiero un aeromozo que me lleve en su maleta cuando viaja, quiero ir doblada con su perfume y ropa, no guardada en el cajón de su cuarto junto con cigarros, fotografías y recuerdos.

Quiero un espíritu, porque estoy cansada de las personalidades avasalladoras que pasan corriendo y pisando.

Quiero un pobre estúpido detallista, más su respectivo detalle estúpido, quiero un pobre de fisionomías, que se derrita cuando me vé, así no lo culpare por ser como es, porque no seremos nadie, más que dos pobres de fisionomía.

No un dulce recuerdo, no una clausura, nada de un renuente encuentro, que tal una ruta aparecida, no tertulia y reflexión, nada de congestionadas razones y flexibles movimientos afectivos.

No un concertista de renombre, no un yate y un capitán, no un poeta famoso, no un medallista olímpico, no uno que salga en la tele, no mi canción favorita en umplugged, no un fotógrafo minimalista, no el fenómeno del siglo, no los supercampeones, nada de oh melancolia, no quiero un webside de horoscopos, no quiero un crudo que destila sangre y me devuelve vino y resaca, no, quiero un ciudadano de a pie.